El proceso de recuperación de una empresa con dificultades es un procedimiento de reestructuración del negocio llamado “redressement judiciaire” en Francia.
A diferencia del proceso de salvaguardia, la empresa, efectivamente, ha cesado de pagar, pero todavía parece posible retomar la empresa y relanzar la actividad económica. El proceso es, en cualquier caso, muy similar al de salvaguardia y, del mismo modo, se puede aplicar a cualquier tipo de empresa.
¿Quién interviene en el proceso?
Las personas que intervienen en un proyecto de recuperación de la empresa son las mismas que en el caso de un proceso de salvaguardia, a saber, un juez designado, un mandatario y un administrador público. No obstante, puede darse el caso de que al director de la empresa se le deniegue la intervención en el proceso.
En general, un mandatario nombrado por el juez lleva a cabo el proceso. Este se encargará de vigilar su evolución y asegurarse de que la empresa pague su deuda en un periodo máximo de 10 años.
Al proceso se añaden otros profesionales legales, especialmente en caso de que la empresa tenga grandes ingresos (al menos tres millones de euros anuales), así como en caso de tener más de 20 empleados. Estos profesionales son, por ejemplo, un subastador o un agente juridicial. Al contrario que en el proceso de salvaguardia, en un proceso de recuperación es obligatorio nombrarlos.
Con respecto a la apertura del procedimiento, la pueden demandar:
- El propio deudor (director de la empresa). Puede solicitarla cuando la compañía sea incapaz de pagar sus deudas, pero teniendo presente que no puede exceder un plazo de 45 días para pedirla.
- Un acreedor que haya dejado de recibir sus pagos. Si un acreedor demanda un proceso de “redressement judiciaire”, se determinará una audición para escuchar a ambas partes. La empresa tendrá que explicar la razón de su deuda y, de ser el caso, proporcionar las pruebas necesarias para demostrar que sigue siendo solvente. El juez llamará a ambas partes en un periodo de 10 días tras la efectuación de la demanda.
- Un fiscal.
Una vez se haya aprobado la solicitud para abrir un proceso de recuperación, el tribunal examinará las deudas de la empresa para asegurarse de que existe una posibilidad de relanzar la actividad. Si el futuro se presenta insalvable, se abrirá un proceso de liquidación judicial en su lugar.
Particularidades del proceso de recuperación
En el caso de un proceso de recuperación, a diferencia del de salvaguardia, el AGS (seguro para la garantía de salarios) interviene para asegurarse de que se respetan los derechos de los empleados
La empresa se pondrá inmediatamente a disposición para transferirla a cualquier tercero interesado en retomar y relanzar la actividad en caso de poder mejorar la oferta de los dirigentes actuales. Adicionalmente, el propio juez determinará los salarios del director y sus asociados, o cualquier persona involucrada en la gerencia de la empresa.
A diferencia del proceso de salvaguardia, durante la recuperación del negocio serán los expertos designados por el juez los que se encargarán de elaborar el inventario de las posesiones de la empresa, y no la propia empresa.
Durante el proceso de recuperación, las deudas pasadas contraídas por la empresa se ponen a un lado y se establece una nueva contabilidad para permitir que el negocio vuelva a funcionar. Dichas deudas se incluirán posteriormente en el plan de recuperación. No obstante, los pagos que sean excepcionalmente urgentes se deben abonar de inmediato.
En el proceso de recuperación, todas las vías legales para perseguir individualmente a la empresa están bloqueadas, lo cual quiere decir que los acreedores no pueden demandar sus beneficios.
Las fases del proceso de recuperación
Una empresa que solicita o a la que se le ha solicitado un proceso de recuperación debe proporcionar un dossier en el registro del Tribunal de comercio que refleje la situación contable exacta para que puedan estimar las posibilidades de supervivencia de la misma al final del plan de recuperación. Si se considera que existen posibilidades de superar la situación de insolvencia, se procede a abrir el proceso.
Tras pronunciar la apertura del proceso, el agente efectúa una verificación de las deudas y hace una publicación en el Bodacc. Los acreedores, tras esto, pueden reclamar en un plazo de 10 días tras la publicación si no están de acuerdo. Tras este periodo, la empresa se pone bajo un plan de recuperación en el que el agente determine los plazos de pago de dichas deudas en un máximo de 10 años.
No obstante, es importante recordar que los acreedores tienen dos formas para solicitar las deudas:
- Que se abone una parte del total inmediatamente o,
- Recibir la totalidad de la cantidad debida a lo largo de la duración del plan de recuperación.
Como ya hemos mencionado anteriormente, durante la duración de la fase de observación, los acreedores no pueden perseguir la empresa ni aumentar los intereses. La fase dura 6 meses y se puede renovar 2 veces, durante un máximo de 18 meses.
El objetivo del plan de recuperación es evaluar la situación pasada de la empresa con respecto a sus deudas y las razones para entrar en cesación de pagos a los acreedores, su situación actual y capacidad de recuperarse, planear el futuro de la empresa para que no se vuelva insolvente de nuevo, y eventualmente, rehacer toda una nueva tesorería para la empresa
Fin del proceso
El proceso termina cuando la empresa ha terminado de realizar los pagos de todas sus deudas al final del periodo de 10 años. Si los ingresos por la actividad lo permiten, la deuda se puede saldar antes.
Por otro lado, si la empresa no puede enfrentarse a los pagos, el proceso de recuperación se finalizará y se abrirá un proceso de liquidación judicial para poner fin a su actividad.