¿Vale la pena alquilar o comprar un local?

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Su negocio se trata de una empresa mediana o grande y busca introducirla en el mercado francés. Por tanto, ha decidido dar el paso de establecer una oficina en el país. Si es así, y dependiendo de su presupuesto, puede que haya considerado alquilar o incluso adquirir su propio local pero, a decir verdad, ¿es necesario?

Poseer una oficina en el lugar en el que ha pensado abrir un negocio es la opción más tradicional a la hora de crear una compañía que requiera un espacio físico. Con ello, se obtendrá una imagen profesional. En teoría, no debería existir ninguna limitación en cuanto a la recepción de clientes en las instalaciones, el almacenaje de mercancías en caso de tenerlas (aunque, dependiendo de la naturaleza de las mismas, puede que necesite ciertos permisos especiales), o albergando al número necesario de empleados (por supuesto, dentro de las limitaciones del espacio). Si las instalaciones de su negocio están destinadas al uso exclusivo de su actividad, el grado de independencia es completo y tendrá la posibilidad de organizar su espacio de trabajo de acuerdo a sus gustos personales ya que no se verá afectado por otros negocios.

Sin embargo, sería conveniente realizar un análisis para determinar si esta es la opción más adecuada:

  •  ¿Ha pensado en la cantidad que los gastos derivados de alquilar o comprar un local podrían suponer? Los precios de alquiler pueden ser muy elevados y adquirir el lugar sería, de la misma forma, una inversión muy fuerte para una compañía que acaba de debutar. Además, debe considerar que también será necesario adquirir todo el material y mobiliario de oficina.

  • ¿Y si optase por un lugar menos céntrico y, por tanto, menos costoso? Entonces puede que termine en una ubicación poco transitada o en un distrito de mala reputación, impactando de forma negativa la imagen de su marca.

  • De todos modos, ¿de verdad necesita una oficina física para su negocio? Es cada vez más común, especialmente entre los profesionales de los sectores digitales, desarrollar la actividad casi únicamente a través de internet, en cuyo caso queda claro que puede trabajar de manera remota, ahorrándose así todo el tiempo de desplazamiento y los costes del local.

  • Igualmente, ¿ha tenido en cuenta el hecho de que su empresa puede crecer? En ese caso, tendrá que cambiar de oficina para poder desempeñar su actividad profesional. De ser así, es importante que preste atención a su contrato de arrendamiento puesto que el periodo mínimo de alquiler del local es de nueve años, divididos en intervalos de tres años para su cese y es necesario informar del cese del contrato al menos con 6 meses de antelación previa al comienzo de un nuevo trienio. Ignorar los plazos puede conllevar el tener que pagar el alquiler durante otros 3 años, aun cuando no utilice el local. Por otra parte, esto no supondría un problema al elegir domiciliarse en un centro de negocios, donde no existe ningún compromiso de permanencia a largo plazo.

CONCLUSIÓN

El gasto que supone invertir en una oficina física puede evitarse si no existe una necesidad real de trabajar en las instalaciones de su empresa y, al contrario de incrementar su reputación, podría tener el efecto opuesto si se toma una decisión equivocada con respecto a la ubicación del negocio. Al final, siempre es posible adquirir sus propias instalaciones un tiempo después del inicio de la actividad profesional.