La empresa individual

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La empresa individual

Una empresa individual se refiere, en Francia, a un tipo de sociedad sin persona moral.

Esto quiere decir que está constituida por un solo miembro o persona física, que será el único asociado a la par que director de la empresa individual. De ninguna manera está permitido que un tercero acceda a la dirección de una empresa individual.

En Francia existen tres tipos de empresa individual: los empresarios autónomos, las microempresas y las empresas individuales de responsabilidad limitada (llamadas en Francia, por sus siglas, EIRL). No obstante, los dos primeros tipos mencionados se consideran hoy en día lo mismo.

Las empresas individuales son una de las formas jurídicas preferidas de los creadores de empresa sin socios en Francia debido a la facilidad para ponerlas en marcha, la reducción significativa de los procesos administrativos y los menores gastos de creación. Cabe destacar que, en general, las empresas individuales están pensadas para empresarios sin grandes cifras de ingresos derivadas de sus actividades profesionales y el número de empleados que pueden contratar es limitado. Si un empresario individual tiene miras a conseguir una compañía más grande, una empresa unipersonal (una SASU o una EURL) son formas jurídicas más adecuadas.

Particularidades de la empresa individual

Casi cualquier tipo de profesional (liberales, comerciales, artesanos, agricultores, etc.) pueden elegir la empresa individual como forma jurídica, con la excepción de trabajadores de ciertos sectores financieros. El único requisito a considerar es que el creador (el emprendedor), mayor de edad y en disposición de su capital, sea la única persona que dirija y tome todas las decisiones que conciernen a la empresa, aunque pueden contratar hasta diez empleados.

El gran atractivo de una empresa individual es la facilidad en lo relativo a todos los procedimientos administrativos. En lo que a creación de empresa se refiere, el registro de la empresa en su centro de formalidades (CFE en Francia) correspondiente es uno de los más rápidos y se puede llevar a cabo presentando un formulario P0 (el equivalente del formulario M0, pero en este caso, para personas físicas y no morales). La razón por la que el proceso es tan rápido es que, al haber tan solo una persona involucrada en la dirección de la empresa, no es obligatorio mantener ninguna asamblea general, ni redactar unos estatutos de empresa, ni depositar ningún capital de constitución de empresa en una cuenta bancaria (este tipo de empresa en Francia no requiere capital). Sin embargo, es obligatorio tener un domicilio social en territorio francés y, como todo tipo de empresa, estar registrada en el SIRENE para obtener un NIF y un extracto K tras finalizar el registro.

Los libros de contabilidad de una empresa individual no se solicitan al final de cada ejercicio fiscal debido al hecho de que el patrimonio personal del director se confunde con el de la empresa, lo cual quiere decir que pasa a ser responsable y los acreedores pueden demandar su capital personal en caso de deuda, con la excepción de su residencia principal, que no se puede confiscar. Por otra parte, en el caso de una EIRL la situación es distinta, ya que normalmente se deposita una suma de dinero para hacer frente a las deudas de ser necesario, pero el patrimonio personal del empresario individual no está comprometido. Los directores de empresas individuales deben, no obstante, llevar el registro de la actividad económica en un libro mayor, un registro de ingresos y un registro de inventario.

Las empresas individuales pueden elegir entre tres regímenes de impuestos distintos: el impuesto sobre la renta (IR), el impuesto de sociedades (IS) o el llamado “micro” impuesto, diseñado particularmente para las empresas individuales y que, se supone, es más fácil de declarar. Cabe señalar que el único tipo de empresa individual que puede tributar mediante el impuesto de sociedades es la EIRL.

Por último, para liquidar una empresa individual, basta con presentar un formulario P4 debidamente cumplimentado al CFE correspondiente. El proceso de disolución y liquidación de la empresa se hará efectivo en ese momento de forma gratuita. En cualquier caso, la compañía tal y como existía no se puede transferir a un posible comprador, aunque se puede vender. Lo que no se puede transferir per se es la propia actividad profesional, ya que un tercero no tiene derecho a realizarla, pero sí puede comprar, por ejemplo, el nombre de la empresa.

Desventajas de las empresas individuales

Como ya mencionamos con anterioridad, en una empresa individual no hay distinción alguna entre el capital personal del empresario y el de la empresa ya que, sin duda, todo pertenece al empresario. Por tanto, es personalmente el responsable de las deudas. Además, de estar casado y no haber establecido un acuerdo de separación de bienes en un plazo máximo de dos años tras el matrimonio, los cónyuges también son susceptibles de responder a las deudas con su patrimonio personal.

En el caso de una EIRL, como dijimos, una suma de capital es necesaria para respaldar a la empresa, pese a que, en teoría, la cantidad inicial de constitución es un euro.

Asimismo, tras la aprobación de una ley a principios de este año 2020, las empresas individuales deben declarar sus cifras de ingresos a la seguridad social. No obstante, los costes de la seguridad social son directamente proporcionales a los ingresos de la empresa y, por tanto, cuantos más beneficios genera, más altos son los impuestos.

Por último, cabe decir que no existe ninguna devolución del IVA (TVA) por compras relacionadas con la actividad profesional para una empresa individual (por ejemplo, la adquisición de material de oficina).